La industria es considerada como el motor que mueve el mundo. Actualmente, podemos observar en cualquier medio de comunicación como la tecnología va avanzando, desarrollándose métodos de producción y de gestión cada vez más sofisticados. Sin embargo, desde la revolución industrial, el ser humano se ha enfrentado a un obstáculo, que, por el momento, no ha podido eludir: la enorme cantidad de residuos industriales que genera el desarrollo de la industria.

Todo el mundo es consciente que el aumento de actividad industrial está dañando de forma irreparable el medio ambiente. Por ello, es necesario impulsar estrategias de economía circular y de bajo impacto medioambiental con el objetivo de que el daño al planeta sea el mínimo. Desde ATRIA, queremos aportar nuestro granito de arena, y por ello, en el blog de hoy, vamos a explicaros cómo deben de gestionarse los residuos industriales de la forma más respetable con el medio ambiente y como podemos trabajar para darles un segundo uso.

¿Qué es un residuo industrial?

Según la Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados, se define residuo industrial como aquellos residuos resultantes de los procesos de fabricación, de transformación, de utilización, de consumo, de limpieza o de mantenimiento generados por la actividad industrial. Es decir, son todos aquellos bienes resultantes de actividades industriales que no tienen ninguna utilidad ni aprovechamiento. Actualmente, se están intentando fomentar nuevas políticas industriales que impliquen un mayor reaprovechamiento de los subproductos de las actividades industriales, con la finalidad de que estos bienes que llamamos residuos industriales se minimicen lo máximo posible.

Tipos de residuos industriales

La clasificación de residuos puede convertirse en una ardua tarea. Es fundamental conocer perfectamente la composición de los residuos que se generan para realizar su correcta gestión dentro del marco legal que está establecido. Todos los tipos de residuos tienen una gestión regulada y establecida, por ello, un error en su gestión puede desencadenar un grave accidente medioambiental.

Hay muchas formas de clasificar los residuos industriales. Por ejemplo, se pueden clasificar según su procedencia en urbanos, ganaderos, forestales, sanitarios, etc. Sin embargo, actualmente la manera más conveniente de clasificarlos es en función de su peligrosidad, ya que de esta forma se marcan las pautas de bajo impacto medioambiental y legales para su correcta gestión. Según su peligrosidad, los residuos pueden ser:

 

  • Residuos peligrosos
  • Residuos no peligrosos

Caracterización de residuos industriales

Lo más importante para gestionar correctamente los residuos es conocer su composición y saber que propiedades particulares presenta para evaluar como tratarlo. Muchas veces, a través de la ficha de seguridad de los productos podemos conocer la composición de dichos residuos. En caso de no tener dichas fichas, se puede recurrir a caracterizar en un laboratorio estos residuos. Las caracterizaciones más importantes que deben realizarse son:

  • Caracterización fisicoquímica del residuo

    Dependiendo del tipo de residuo, unos de los parámetros más importantes son:

      • pH
      • % materia seca
      • Contenido en mg/kg de materia seca de: arsénico, bario, cadmio, cromo total, mercurio, molibdeno, níquel, plomo, antimonio, selenio, cinc, cloruros,…
      • Carbono orgánico disuelto (COD)
      • Carbono orgánico total (COT)
      • BTEX
      • PCBs
      • Aceites C10-C40
      • HPA

 

  • Caracterización Ecotoxicidad del lixiviado

En caso de que los residuos tengan lixiviado es necesario analizarlo. Algunos de los parámetros más importantes de este muestreo son:

      • DBO5
      • DQO
      • Acidez
      • Alcalinidad
      • Detergentes
      • Coliformes
      • Metales pesados
      • Grasas, aceites…

Gestión de residuos industriales

En caso de que estos análisis presenten algún parámetro que supere el limite establecido en la ley, tendrán que realizarse tratamientos para adecuar el residuo a los valores límites establecidos. De no ser posible estos residuos tendrán que gestionarse como residuo peligroso.

Si todos los parámetros están dentro del valor límite, estos residuos podrán gestionarse como residuo no peligroso y llevarse a vertedero.

En ATRIA, podemos tratar estos residuos no peligrosos y darles una segunda vida. Os contamos un ejemplo de proyecto que hemos llevado a cabo:

Nuestro cliente quería determinar las vías de valorización existentes para un residuo de azufre y determinar nueva vías de reutilización que no supongan la alternativa actual, vertedero.

Para ello se recolectó el residuo producido tras el proceso, en las instalaciones del cliente. Para caracterizarlo, es necesario someterlo a un proceso de secado, ya que, el contenido en agua era muy elevado para poder valorizarse. Posteriormente se realizó una caracterización tanto fisicoquímica como de ecotoxicidad.

Se estudiaron las diferentes vías de valorización y se realizaron pruebas de laboratorio. Tras los resultados de esas pruebas, se contactó con empresas de otros sectores interesadas en la compra o aprovechamiento directo del residuo, por ejemplo, en agricultura, fabricación de fertilizantes o fabricación de eco-caucho.

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