La globalización ha hecho del sector logístico una parte muy importante de los procesos industriales. Los lectores de códigos son equipos imprescindibles en el mundo de la logística ya que permiten la trazabilidad de paquetes y mercancía, tanto durante el transporte como durante el almacenamiento.
La trazabilidad es imprescindible para la mejora en la gestión de recursos y también, para que los procesos tanto de fabricación como posteriores, resulten ágiles y seguros. Con la lectura de códigos es posible realizar un seguimiento de la producción desde el inicio hasta el final del proceso. Es posible realizar la lectura de códigos sin parar los procesos de producción y de forma automática. Esto resulta especialmente útil en elementos de seguridad o en la industria de la alimentación.
La lectura de códigos también aporta agilidad a los procesos de transporte ya que permiten realizar control de los envíos y la ubicación de los mismos.
Existen dos grupos de códigos de barras, los tradicionales conocidos como códigos 1D y los códigos 2D. Los códigos de barras tradicionales están compuestos por barras paralelas, sin embargo, los códigos 2D tienen dos dimensiones y son capaces de albergar más información, por ejemplo, los QR o los datamatrix.
Dependiendo del tipo de código deberemos utilizar un tipo de lector u otro, pero salvando estas diferencias estos equipos pueden ser fijos o móviles dependiendo de las necesidades del proceso.
Los lectores móviles pueden tener formato pistola estos son muy robustos y están especialmente diseñados para la industria y para almacenes logísticos. Tienen mucha potencia tanto de alcance como de batería y son muy precisos en la lectura incluso sobre distintas superficies. Por otro lado, existen los lectores “manos libres” o lectores de anillo, estos permiten total libertad de movimiento ya que el operario tendrá las manos libres para poder realizar otras tareas al mismo tiempo, son totalmente inalámbricos y aportan agilidad y eficiencia a los procesos.
Los lectores fijos permiten escanear a mucha velocidad y distancia con una gran precisión. Pueden leer directamente códigos en objetos en una cinta transportadora o en ambientes con polvo, humedad etc. Sus características principales son la capacidad de adaptación a todo tipo de aplicaciones y la velocidad de lectura.
Si tenemos en cuenta la tecnología en la que están basados, podemos distinguir varios tipos de lectores de códigos.
Los lectores CCD emiten luz LED y a partir de ella recogen la información de los códigos. Existen varios tipos ya que algunos de ellos solo leen códigos 1D y otros códigos 2D.
Los lectores láser emiten luz láser siguiendo un patrón que permite decodificar el código. Poden leer códigos a distancias muy grandes y funcionan muy bien en movimiento.
Además de los códigos de barras también existe la posibilidad de realizar la lectura de códigos alfanumérico. En estos casos, la lectura de códigos también se puede realizar a partir de imágenes con una cámara, podéis ver un ejemplo de un proyecto realizado por ATRIA de lectura de código alfanumérico.
Existe otra forma de etiquetado muy utilizado en logística, el RFID. A continuación, vamos a analizar los códigos de barras y los sistemas de RFID para ver sus ventajas e inconvenientes.
La tecnología RFID se basa en identificación por radiofrecuencia y ya se utiliza en muchos sectores. Las etiquetas o tags llevan un chip de almacenamiento que contiene toda la información de producto.
Los lectores de códigos tienen una gran fiabilidad en las lecturas y son fáciles de implantar, sin embargo, las etiquetas pueden dañarse con facilidad lo que impediría la lectura de las mismas y la información que se puede almacenar en ellos es limitada.
Las etiquetas de RFID son muy resistentes y pueden almacenar más cantidad de datos además de modificarlos. También se pueden leer las etiquetas desde cualquier posición.
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